Frizie es un joven que acaba de llegar a un internado sin recordar nada de su pasado e intentando averiguar quién es. Allí se da cuenta de que sus compañeros esconden un don poderoso... ¿Es posible que los sentimientos que todos conocemos se hubieran personificado en los cuerpos de aquellos jóvenes internos? ¿Y si tan solo hiciera falta del contacto físico para transferir las emociones a alguien? Así es el Estigia: un lugar donde cada joven solo sabe sentir de una manera, con una esencial propia, a través de la que ver la vida. Una guerra de poder, una búsqueda de identidad... saber hasta qué punto los sentimientos solo quieren ser libres para sentir, luchar por saber quién ser y liberar un potencial oculto son algunas de las tramas que siguen a los habitantes del Estigia. A través de sus relaciones, nos muestran una analogía emocional, un ensayo con forma de novela de ficción que busca entretener y ayudar a las personas que se han anclado en la soledad, la depresión o la tristeza; ver cómo esos personajes cambian y evolucionan nos enseña una importante lección: los sentimientos no esclavizan a los hombres, aunque visto al revés, todo tiene otra lectura. Los secretos que oculta el Estigia y sus directores, las alianzas ocultas entre los personajes y el delgado hilo entre la vida y la muerte cuando todo y nada carece de sentido son solo algunas de las tramas que siguen a este joven recién llegado hasta el punto de obsesionarse con una sola pregunta: "¿Quién es Frizie y cuál es su verdadero don?".